Poco a poco soy mas consciente, de echo todos los que estamos allí lo somos, estamos a 8000 Km. distancia, dispuestos a darlo todo por animar a nuestra selección, en un partido del mundial, los nervios empiezan a aflorar, la gente empieza a ensayar cánticos para la noche.
Para relajarnos un poco, nos llevaron a un centro de artesanía, unas compritas y a comer a un restaurante de comida ¡¡ ¿ Española ¿ !! para ir cogiendo ambiente y fuerzas
Tras la copiosa comida (Paella, ibéricos, ensaladas….) nos dirigimos al estadio un par de horas antes, aparte de para no llegar tarde para irnos metiendo en el ambientillo del partido.
Ocupamos nuestras localidades, y empezamos a prepararnos para animar a España.
Cuando salta el equipo el estadio ruge, las vuvuzelas resoplan más que nunca.
El partido es apasionante y vibrante, los goles y las jugadas se viven más intensamente que nunca. En el estadio hay gente de muchas nacionalidades distintas animando a España. Es increíble lo que un mundial puede unir.
Tras el pitido final, saltos de alegría y emoción, abrazos, saludos con aficionados Hondureños que desean que España se clasifique para siguiente ronda.
De camino al hotel, aun con la emoción el cuerpo de la experiencia vivida, vamos comentando las jugadas, las ocasiones falladas por torres, el penalti de Villa, y nos alegramos que hayamos dado suerte con nuestra presencia a la selección.
Ya en la cama, nos dormimos con una sonrisa de felicidad en la boca, deseando que el próximo partido, España tenga la misma o más suerte y se clasifique para siguiente ronda.
Para relajarnos un poco, nos llevaron a un centro de artesanía, unas compritas y a comer a un restaurante de comida ¡¡ ¿ Española ¿ !! para ir cogiendo ambiente y fuerzas
Tras la copiosa comida (Paella, ibéricos, ensaladas….) nos dirigimos al estadio un par de horas antes, aparte de para no llegar tarde para irnos metiendo en el ambientillo del partido.
Ocupamos nuestras localidades, y empezamos a prepararnos para animar a España.
Cuando salta el equipo el estadio ruge, las vuvuzelas resoplan más que nunca.
El partido es apasionante y vibrante, los goles y las jugadas se viven más intensamente que nunca. En el estadio hay gente de muchas nacionalidades distintas animando a España. Es increíble lo que un mundial puede unir.
Tras el pitido final, saltos de alegría y emoción, abrazos, saludos con aficionados Hondureños que desean que España se clasifique para siguiente ronda.
De camino al hotel, aun con la emoción el cuerpo de la experiencia vivida, vamos comentando las jugadas, las ocasiones falladas por torres, el penalti de Villa, y nos alegramos que hayamos dado suerte con nuestra presencia a la selección.
Ya en la cama, nos dormimos con una sonrisa de felicidad en la boca, deseando que el próximo partido, España tenga la misma o más suerte y se clasifique para siguiente ronda.